lunes, 6 de agosto de 2012

Yo Soy la mejor/el mejor?

Yo Soy la mejor/el mejor?


Hoy llegó a mis manos un escrito de Vivi Cervera y, me hizo "click" en todo mi ser! Siempre le digo a mis clientes y amigos que son los mejores en lo que hacen, que somos los mejores porque somos únicos en la formación e información que hemos recibido y procesado para ser quienes son. Yo soy el mejor en lo que hago, porque mi formación, mis vivencias, todo lo que yo soy en este momento, me dan la herramienta requerida por alguien más para sanar, crecer, amar, entonces cuando podemos estar en consonancia con esto, somos los mejores! Les dejo el escrito íntegro para su disfrute y reflexión. Tomen lo que sea necesario para ustedes y, si no vibran con esto dejenlo a un lado, los quiero... Maverick


Yo Soy la mejor
agosto 5, 2012 by Vivi Cervera

En algún momento mi papá (q.e.p.d.), tuvo que ingresar al quirófano para una cirugía y cuando todo pasó y fui a visitarlo a su habitación, me contó que había sentido mucho miedo antes del proceso, y que en medio de sus pensamientos, de repente se le acercó el anestesiólogo para decirle: Don Luis no se preocupe por su cirugía, que está en buenas manos, en las mejores. Yo Soy el mejor anestesiólogo que hay. Entonces mi papá sintió tal convicción en sus palabras que de inmediato experimentó calma, tranquilidad y dejó de resistirse. Cuando la cirugía terminó, él me dijo entre muchas otras cosas: hija, hoy aprendí algo más y por eso te digo… reconoce siempre quién eres y jamás te olvides de que eres la mejor, porque eso eres; la mejor en lo que sea que hagas. Que no se te olvide.

Pero en ese momento, yo sólo pensaba en el montón de humanos que hay en el planeta y en que era difícil que yo fuera la mejor de entre tantos miles de millones. Yo no sabía que mi limitada forma de ver el mundo cambiaría.

Hoy en día, sé que todos los humanos que van caminando por ahí son residentes de mi mundo interior y que ese mundo necesita que yo sea la mejor para funcionar perfectamente. Ese mundo no necesita más de mis pequeñeces, ni de ese recurso que suelo confundir con la humildad, pero que no es más que el miedo de ser grande escondido en palabras de resignación. Ahora más que nunca sé que el considerarse superior a los demás es egocentrismo pero el saberse la mejor es señal de inteligencia y amor propio.

Reconocerte como la mejor en lo que sea que hagas es hacerte presente, es saber que dentro de ti habita un Dios/Diosa y que no reconocer su presencia por parecer humilde es ignorancia. Ignorancia que es heredada por supuesto y que por la misma razón puede ser corregida manifestando a cada momento amor por ti y por tu labor en este mundo.

Quizá pienses que estás en el lugar equivocado y que estás trabajando en algo que no te gusta, pero si pese a esto, haces lo mejor que puedas tu trabajo, en el tiempo perfecto te dirigirás a la actividad que deseas realizar, a tu trabajo de luz o a tu dharma. Además, ni los lugares, ni las experiencias que vivas son equivocadas ya que están relacionadas con quien fuiste y con quien eres.

Debes saber desde ya, que sea lo que sea que estés aprendiendo, haciendo o experimentando, tienes en ello, la grandiosa oportunidad de ser la mejor, por si no te has dado cuenta de que ya lo eres. No temas mostrarle al mundo de qué estás hecha. No te dejes envolver por aquella apariencia que te hace creer que fracasaste porque un negocio no salió, porque no pudiste entrar a estudiar, porque no tuviste hijos o pareja, o porque crees que algo te limita físicamente. Dentro de ti reside la misma Presencia que te dio la vida, la misma que creó todas las cosas y esto es lo que te hace poderosa, infinita, grandiosa.

Es por eso que la única persona que puede certificarte, calificarte, avalarte, aprobarte o decirte cuánto vale tu conocimiento o cuánta es tu valía como ser humano, eres tú. Te pregunto: ¿Hasta cuándo vas a sentirte chiquita o hasta cuándo vas a ocultarte para que las demás personas no se sientan mal con tu grandeza?

Cuando alguien se me acerca y me dice que mi trabajo es maravilloso, sonrío porque (mi trabajo) es lo que mejor hago, lo cual no significa que todo lo que hago me quede bien; de hecho hay cosas muy sencillas en las que necesito ayuda siempre; mientras que esa persona que me hace el comentario quizá hace mil cosas bien, quizá es excelente en muchas más cosas que yo, pero no lo sabe. Es por eso que casi siempre respondo que el proceso de vivir le llevará al descubrimiento de su don, de ese regalo con el cual nació. Tú también naciste con un don. Descúbrelo.

Por la calle, a diario caminan mujeres que son excelentes vendiendo productos de belleza, otras que al cortar tu cabello te dejan muy hermosa, otras que son amorosas y tolerantes enseñando en un colegio, otras que son las mejores madres del mundo, otras que son artistas, otras que diseñan, escriben, pintan, atienden animales, acompañan a personas enfermas, otras que preparan pasteles e incluso hay aquellas que hacen trabajos poco conocidos también de forma extraordinaria.

Todo esto me recuerda a esa bonita historia que seguramente ya has leído en algún lugar y que dice que en un circo, había un elefante con una de sus patas atada a una silla de plástico y que lo más llamativo era el hecho de que pudiendo correr con todo y silla, no lo hiciera, sino que permaneciera atado al lugar, sintiéndose tan pequeño como una hormiga. El control principal estaba en la mente del elefante y en su condicionamiento desde temprana edad. Alguien le enseñó que no tenía el poder suficiente para jalar una silla liviana y así lo creyó, así lo aprendió, así lo vivió.

Algo similar sucede con los humanos. Ignoramos nuestra grandeza y nuestra mente continúa diciéndonos cómo actuar. Y lo riesgoso de escuchar a la mente es que ella no produce nada nuevo, sólo recoge recuerdos a través de espacios, personas o situaciones. Entonces la solución no está en botar de un empujón la silla, sino en comenzar a decir las 4 palabras que curan: te amo, lo siento, perdóname y gracias, porque con ellas limpiarás tu mente.

De mí puedo decirte sin lugar a dudas que soy la mejor en lo que hago y que por lo mismo tú estás en las mejores manos del mundo conmigo.

Si sientes alguna dificultad en decir que eres la mejor o peor aún, si te molesta escuchar que alguien se cataloga como la mejor, entonces aun te falta caminar para descubrir en dónde se encuentra el mundo, tú mundo. Yo continúo creyendo en ti y sabiendo que tú eres la mejor.

Gracias por leerme.

© Todos los derechos reservados. Vivi Cervera 2012.

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