sábado, 12 de abril de 2008

Los chakras: vision diferente

Tomado del libro Anatomia del Espiritu de Caroline Myss

Primer chakra: El poder tribal

El contenido energético del primer chakra es el poder tri­bal. La palabra «tribu» no sólo es sinónimo de familia, sino que es también un arquetipo, y como tal tiene connotacio­nes que trascienden su definición más tradicional.
En su sentido arquetípico, la palabra connota identidad de grupo, fuerza grupal, fuerza de voluntad grupal y creen­cias de grupo. Todos esos significados constituyen el conte­nido energético de nuestro primer chakra.
El primer chakra nos conecta y afirma; es nuestra cone­xión con las creencias familiares tradicionales, que favorecen la formación de la identidad y la sensación de pertenecer a un grupo de personas de un lugar geográfico determinado.
Para conectar con la energía del primer chakra, centre la atención durante un momento en algo tribal que le active una reacción emocional, por ejemplo:
escuchar el himno nacional,
presenciar un espectáculo militar,
ver a un atleta cuando recibe una medalla de oro en los Jue­gos Olímpicos,
asistir a la boda de una persona querida,
enterarse de que a un niño o una niña le han puesto su nombre.

Mientras centra la atención en la experiencia que elija, tenga presente que la zona del cuerpo donde se genera la re­acción es su chakra tribal.

Segundo chakra: El poder de las relaciones

El segundo chakra es el chakra de las relaciones. Su ener­gía comienza a vibrar y a hacerse notar alrededor de los sie­te años. A esa edad los niños comienzan a relacionarse con otros niños y adultos con más independencia de sus padres y fuera del entorno hogareño. Por medio de estas primeras interacciones comienzan a individualizarse, a entablar rela­ciones y a explorar su poder de elección. Con el segundo cha­kra, la energía pasa de obedecer a la autoridad tribal a des­cubrir otras relaciones que satisfacen necesidades físicas personales. Pese a ser un chakra inferior cuya energía nos im­pulsa a relacionarnos con fuerzas externas, el segundo cha­kra es una fuerza potente.

Tercer chakra: El poder personal

La energía del tercer chakra, que es la del poder personal, se convierte en la vibración dominante de nuestro desarrollo durante la pubertad. Nos ayuda aún más en el proceso de in­dividualización, de formar un «yo», un ego y una persona­lidad separados dé nuestra identidad heredada. Este centro de energía también contiene muchos aspectos relacionados con el desarrollo del poder personal y la autoestima.
El tercer chakra completa la trilogía física del sistema energético humano. Igual que los chakras primero y segun­do, se relaciona principalmente con una forma física del po­der. Donde el primer chakra se hace eco del poder grupal o tribal, y el segundo se hace eco del poder que va y viene en­tre el yo y los demás, el tercer chakra vibra con nuestro po­der personal en relación con el mundo externo.

Cuarto chakra: El poder emocional

El cuarto chakra es la estación central del sistema ener­gético humano. Al estar en el centro, media entre el cuerpo y el espíritu y determina su salud y fuerza. La energía del cuarto chakra es de naturaleza emocional y contribuye a im­pulsar el desarrollo afectivo. Este chakra representa la lec­ción espiritual que nos enseña a manifestar el amor y la com­pasión y a reconocer que la energía más potente que tenemos es el amor.

Quinto chakra: El poder de la voluntad

El quinto chakra contiene las dificultades de rendir la vo­luntad y el espíritu a la voluntad de Dios. Desde el punto de vista espiritual, el objetivo supremo es la entrega total de nues­tra voluntad personal en las «manos de lo Divino». Jesús y Buda, así como otros grandes maestros, representan el domi­nio de este estado de conciencia, la unión completa con la vo­luntad divina.

Sexto chakra: El poder de la mente

El sexto chakra está relacionado con la capacidad mental y de razonamiento y con la habilidad psíquica de evaluar las creencias y actitudes propias. El chakra mental se hace eco de las energías de la psique, las fuerzas psíquicas conscientes e inconscientes. En la literatura espiritual oriental este chakra es el «tercer ojo», es decir, el centro espiritual en el cual la in­teracción entre la mente y la psique puede conducir a la vi­sión y sabiduría intuitivas. Este chakra es el de la sabiduría.
Los retos del sexto chakra son abrir la mente, desarro­llar una mente impersonal, rescatar el propio poder de las «verdades falsas» y artificiales, aprender a actuar guiados por la orientación interior, y discernir entre los pensamientos motivados por la fuerza y los motivados por el miedo.

Séptimo chakra: El conector espiritual

El séptimo chakra es el que nos conecta con nuestra naturaleza espiritual y la capacidad para incorporar la espiritualidad a nuestra vida y permitirle que nos guíe. Sí bien todo el sistema energético está animado por el espíritu, el séptimo chakra está directamente orientado a la búsqueda de una relación íntima con lo Divino. Es el chakra de la oración. Es también nuestra "cuenta corriente de gracia", el banco donde depositamos la energía que amasamos mediante pensamientos y actos de bondad, y mediante actos de fe y de oración. Nos capacita para adquirir una intensa conciencia interior mediante la meditación y la oración. El séptimo chakra representa nuestra conexión con la dimensión trascendental de la vida.

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