jueves, 27 de marzo de 2008



Como sociedad occidental vivimos inmersos en una cosmovisión muy diferente a la oriental. La buena noticia es que es posible practicar el tantra ya sea sin tener una religión o sin faltar a nuestras creencias religiosas.

El tantra no es sinónimo de orgías o de bacanales.
Es un camino que nos permite llevar al máximo las experiencias sensoriales incluyendo las derivadas de la relación sexual. Las experiencias orgásmicas se vuelven tan intensas y espectaculares que nos permiten experimentar lo que en oriente se conoce como Samadhi o el estado total de gozo. El verdadero Samadhi involucra un espacio sin tiempo, una total disolución del ego y una experiencia muy subjetiva e individual de fusión con la pareja.
Escrito por el Maestro De Rose. en Tantra la Sexualidad sacralizada. Sao Paulo, Br. 1995, Ed. Uniyoga

La vida es linda cuando se tiene a alguien al lado, a quien se pueda amar de verdad, sin reservas, entregándose totalmente, cuerpo y alma. Alguien a quien podamos ofertar nuestra vida, nuestro corazón palpitante de emoción. Alguien a quien podamos hacer pújá con nuestras lágrimas de felicidad y con las de dolor. Alguien con quien podamos repartir el sufrimiento, la soledad, la desesperación, pero también las glorias de una misión realizada uno junto al otro, con las manos tomadas...
Piensa bien: qué lindo poder tener el privilegio de ser escogida entre miles, entre millones de personas, para vivir momentos de paz y amor al lado de alguien y, repetidas veces durante toda la vida, disolverse ambos en el éxtasis de un gozo supremo, solamente alcanzable con la persona amada. Y, año tras año de placer, felicidad y realización personal, tener la alegría de envejecer al lado de la persona correcta, sin arrepentirse jamás por lo que uno dejó de hacer (no hay peor remordimiento que ése...).
...Y después, juntos, marcar la Humanidad y el Universo con la fuerza generada en sus actos de amor...

¿ Que puedo esperar del Tantra ?
Como mujer una apertura hacia la plenitud. Un encuentro con tu total capacidad de sentir y experimentar el gozo y dicha que radican en tu sexualidad. Un uso de tu energía creadora y orgásmica de manera positiva y una revelación del poder creador que reside en cada mujer.
Como hombre un entendimiento de tu fuerza masculina, una transmutación de energía sexual hacia una energía más elevada y un amplio conocimiento de tus sentidos. Como consecuencia un control de tu excitación, un camino a los orgasmos múltiples y al aumento de tu frecuencia sexual sin menoscabo de tu energía.


Como pareja un entendimiento total del tiempo y espacio para la vida en pareja. Un cambio de roles para generar una entrega sin condiciones y una conexión espiritual imposible de explicar en palabras.


En cualquier caso el tantra visualiza a la mujer como energía divina; al hombre como sustento y adorador de la feminidad y a la pareja como unidad creadora del ciclo de vida. Lo mejor es que en estos procesos nos permite gozar a plenitud de las maravillas del plano físico.


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