jueves, 14 de marzo de 2013

Niveles de Consciencia del Ser Humano Parte 2 de 17

parte 2

Nivel de energía 30: Culpa



La Culpa, usada comúnmente en nuestra sociedad para manipular y castigar, se manifiesta por sí misma en una variedad de expresiones tales como el remordimiento, la recriminación, el masoquismo y toda la gama existente de complejos de víctima.

La culpa inconsciente resulta en enfermedades psicosomáticas, tendencia a los accidentes y conductas suicidas. Muchas personas luchan con lo Culpa durante toda su vida, mientras que otros tratan desesperadamente de evadirla negándola del todo amoralmente.

Dominar la culpa conlleva a una preocupación por el “pecado”: una actitud emocional implacable frecuentemente explotada por los demagogos religiosos, los cuales usan la coerción y el control. Tales mercaderes del “pecado y la salvación”, obsesionados con el castigo, probablemente actúan según su propia culpa o proyectándola a los demás.

Las subculturas que exponen la aberración de la autoflagelación a menudo manifiestan otras formas regionales de crueldad, tales como la matanza ritual de animales en público. La culpa provoca rabia y el aniquilamiento frecuente es su expresión. La pena capital es un ejemplo de la manera en que el asesino condenado a muerte complace a una población acosada por la Culpa. Nuestra implacable sociedad estadounidense, por ejemplo, vilipendia a sus víctimas en la prensa y asigna castigos que jamás han podido demostrar un valor disuasivo o correctivo.

Este nivel es caracterizado por la pobreza, el desespero y la desesperanza. El mundo y el futuro se ven sombríos; la vida es patética. La apatía es un estado de desamparo; sus víctimas, menesterosas en todas sus formas, carecen no sólo de recursos, sino además de la energía para aprovechar lo que está a su disposición. A menos que la energía externa sea suministrada por personas dedicadas a su cuidado, la Apatía puede redundar en la muerte por suicidio pasivo. Sin la voluntad de vivir, los desesperanzados permanecen inexpresivos, con la mirada vacía, sin reacción a los estímulos, hasta que sus ojos dejan hasta de mirar y no les queda suficiente energía para tragar los alimentos ofrecidos.

Este es el nivel de los sin hogar y de los parias de la sociedad; también es la fatalidad de muchas personas mayores y otros que terminan aislados por enfermedades crónicas o progresivas. Los apáticos son dependientes; las personas que sufren de Apatía son “pesadas” son consideradas una carga para aquellos que los rodean.

Muy a menudo, la sociedad carece de la motivación suficiente para ser de alguna ayuda real a las culturas (así como a los individuos) en este nivel, ya que son vistos como consumidores de recursos. Este es el nivel de las calles de Calcuta, donde solamente los piadores, tales como la Madre Teresa y sus seguidores, se atreven a pisar. La apatía es el nivel del abandono de la esperanza, y unos pocos realmente tienen el coraje de mirarla cara a cara.

Sigue en el próximo escrito...

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