Cuando excluimos a alguien o algo de nuestro entorno de vida, una parte de nosotros tambièn es excluida. La exclusion es un paso a la muerte; perdemos fuerza al excluir y, por consiguiente, podemos ser excluidos para compensar, para generar equilibrio en el sistema vital. El movimiento de la vida no deja nada al azar!.
Cuando decidimos no mirar algo porque es doloroso o porque este hecho genera dolor a otras personas, estamos excluyendo y nosotros entramos como excluidos en el juego tambièn. Cuando creemos que hemos sido heridos, cuando estamos al margen de un grupo de trabajo, cuando nosotros mismos decidimos apartarnos porque pensamos es dañino, tambièn generamos exclusiòn a los otros.
La reconciliaciòn, la sanaciòn, inicia cuando nos podemos mirar, cuando podemos tomar decisiones de alejarnos o separarnos desde el amor y con respeto, allì la exclusiòn desaparece, somos liberados y liberamos al otro lado de nuestra energia, aun a sabiendas que somos diferentes, podemos caminar juntos, cada uno en su propia historia, y acompañandonos de vez en cuando, al cruzarse nuestros pasos.
Solamente el amor permite que la exclusiòn, en cualquier forma, se integre a nosotros, y asi, desaparece envuelta en la vida...
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